
Los gorditos por lo general mantienen prejuicios negativos acerca de ti al momento de pensar o imaginar una relación sexual. Sin embargo, el exceso de peso no es un impedimento para satisfacerte tanto a ti como a tu pareja.
Las mejores posiciones para tener sexo siendo gorditos
Sexo de rodillas, movimiento lateral, piernas arriba, perrito y pose de la cucharita son algunas de las posiciones que puedes implementar cuando eres (o crees ser) gordito para, así, no afectar a la otra persona y disfrutar del mejor sexo.
Esto último se debe a que aquello que parece un obstáculo para lograrlo en realidad no lo es. “Con mi peso lo voy a aplastar o le va a doler algo y no va a poder disfrutar”, pensarás, pero no; en ninguno de estos casos tu peso corporal descansa sobre tu chica.
La primera, considerada una de las más cómodas por sexólogos y expertos, consiste en ponerte de rodillas (con una almohada abajo si te resulta mejor) y, de este modo, el hombre puede penetrar, tocar y acariciar todo el cuerpo sin problema o incomodidad.
En cambio, en la segunda –una de las más placenteras- la mujer debe acostarse en posición fetal y colocar algo debajo de su cadera para que quien tiene sexo ella se arrodille, la penetre y le haga con sus manos y boca todo lo que ambos deseen.
Mientras que la tercera es más puntual; la mujer debe acostarse, levantar tus piernas y apoyarlas sobre los hombros de su pareja. Así, él queda en una postura ideal para penetrarla. También, si tienes flexibilidad, podrá llegar a ti con su boca y besarte.
En tanto la cuarta su nombre lo dice todo; estando la mujer en cuatro patas (en un colchón o en el suelo con una almohada abajo) el hombre cuenta con la oportunidad de una penetración profunda y de, claro está, goce por parte de los dos.
Posiciones que no siempre resultan perfectas si eres gordito
La pose de la cucharita, por ejemplo, sirve siempre y cuando alguno sea un poco gordito y ninguno esté obeso o muy excedido de peso. Cualquiera que no cumpla este último requisito hará casi imposible la posibilidad de penetrar y experimentar placer.
Lo mismo ocurre con la denominada pose del misionero, que resulta más adecuada con una almohada como punto de apoyo más allá de cuánto peses. Además, te ayudará a lograr el ángulo y postura ideal para la excitación y disfrute mutuo.
A su vez, si estás sentada sobre tu pareja, tener unos kilos de más puede dificultarte la tarea de flexionar en reiteradas ocasiones las piernas, generándote dolor en las mismas e impidiéndote continuar en dicha posición.
Aunque, cabe destacar, el tiempo que resistas haciendo flexiones con las piernas depende de tu estado físico y tu entrenamiento diario, dos cuestiones independientes del peso corporal. Exactamente lo mismo sucede con otros músculos.
Por su parte, la posición simétrica es muy útil únicamente si tú padeces sobrepeso. En este caso debes ponerte de lado, que el hombre se ubique atrás de ti con tus rodillas pegadas a su pierna. Esta postura permite practicar un sexo lento y muy placentero.
Es que las posiciones sexuales que permiten mantener relaciones con movimientos más controlados y pausados son, independientemente de si se es, o no, gordito, las que más goce producen. No obstante, depende también de lo que cada pareja acostumbre.
En tanto, el columpio es una pose muy similar a la de estar sentada sobre él; la diferencia es que en esta le das la espalda, miras hacia adelante y puedes flexionarte para arriba y para abajo ejerciendo la fuerza con tus manos apoyadas sobre la pared.
Ventajas de hacer el amor siendo gorditos
Es claro que cualquiera sea la posición, una buena experiencia sexual abarca otras cuestiones que van más allá de cómo el hombre o la mujer coloquen su cuerpo. Es por ello que, si eres gordito o gordita, contarás con diferentes ventajas.
Sostener el cuerpo de tu pareja de mejor manera, hacer sentir más cariño y amor, dedos más gruesos y mayor facilidad de llegar al orgasmo son algunas de las cualidades que presentan los individuos excedidos de peso al momento de tener relaciones.
Además de cuestiones vinculadas a las personalidades de cada persona, entre las que diversos estudios determinan ciertas tendencias, la primera se debe a que, si dispones de una gran masa corporal, puedes sostener el cuerpo del otro sin inconvenientes.
En tanto la segunda y tercera son paralelas dado que, al contar con kilos de más, la movilidad general en la cama se ve reducida debido a su complejidad y, por lo tanto, tienes que compensar ello con, por ejemplo, caricias, mimos y besos.
Al mismo tiempo, como tus dedos son más compactos, estos cuentan con la capacidad de excitar aún más a tu pareja al acariciarle sus partes íntimas y, a su vez, mayor facilidad para alcanzar el tan anhelado orgasmo.
Se trata de virtudes propias de los gorditos a la hora de hacer el sexo y que, pese a que sea tu caso, es probable que no lo sepas, por lo que te deprimes pensando que en la intimidad eres peor que otros y que no puedes satisfacer a tu pareja cuando eso no es realmente cierto.
El peso y cuerpo como algo irrelevante
Ya ves que ser gordito no es un impedimento para lograr un buen sexo. Al fin y al cabo, todo tiene sus ventajas y sus desventajas; siempre debes aprovechar las primeras y desarrollar al máximo tu potencial.
Todo consta de una cuestión psicológica y de tu autoestima; es decir, mientras te sientas bien contigo misma y puedas complacer a tu novio o marido, este no se fijará precisamente en tu peso o tipo de cuerpo, sino en otras cualidades incluso más importantes.
Estas últimas son, en su mayoría, las que te describen a ti como persona. Por otra parte, si escuchas experiencias ajenas que deseas para ti pero que las sientes imposibles por ser gordita, no te preocupes; cree en ti y en tus capacidades y las conseguirás.
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