Dentro de la psicología, uno de los problemas que cada vez se ve más a menudo es cómo tanto mujeres como hombres intenta hacer todo lo que pueden para ser “como la sociedad”. Hoy día vivimos en un mundo en el que, si no tienes ciertas medidas, si no actúas de cierta forma, entonces no parece que seas nadie y no se te debe hacer caso. Y eso tiene que acabarse.

Si eres un hombre gordito, hay quien te quiere

Cuando una mujer es gordita, puede responder ante los insultos y vejaciones de dos maneras diferentes: enfrentándose a ellas y pasando; o encerrándose en sí misma y dejando que esas palabras hagan mella en su interior provocando con ello que no se quiera a sí misma.

En el caso de un hombre gordito, muchas veces el hecho de estarlo hace que los insultos provoquen, aunque no se vea a simple vista, una decepción interior. Si además pasa tiempo y no tiene pareja, o las relaciones sexuales son esporádicas y no naturales, entonces llega un momento en que, o bien pasa del sexo, o bien entiende que no tiene derecho a tener una pareja a su lado.

Pues bien, en este caso me niego a que los hombres gorditos se sientan así. Ya seas un adolescente con kilos de más o un hombre hecho y derecho, lo primero para vencer el problema es quererse a sí mismo. Después solo tienes que mirar la sociedad: ¿de verdad que las personas más triunfadoras tienen todas unas medidas estándar? ¿No hay hombres (y mujeres) que sobresalen de esas medidas y pesos y que han tenido éxito? Esos deben ser tus modelos a escoger porque realmente todo el que lucha por un objetivo puede conseguirlo.

Lo único que necesitas es ponerte manos a la obra y empezar a creer y a quererte a ti mismo. Sí, es difícil, y sí, muchas veces caerás. Pero nadie dijo que fuera a ser fácil. No te diré que busques un apoyo porque es algo que has de hacer por ti mismo. Lo que sí te puedo decir es que la constancia es tu mejor arma. Y como ves, no te digo con ello que vayas a perder peso, sino que, con un poco de estilo, y echándole agallas y una personalidad más extrovertida, podrás enloquecer a los demás. Solo tienes que ser el primero en creerlo.