Hay muchos casos en los que una pareja comienza a salir y, bien porque nos relajamos, bien por otros motivos, nos descuidamos y engordamos. Y cuando eso pasa, puede ocurrir que tu pareja te acabe dejando. ¿Te ha pasado? Pues que sepas que es una putada. Y de las gordas.

Cuando el físico acaba con una relación

Del amor siempre se ha dicho que no conoce de físico, de edad, ni de género. Una persona puede enamorarse de un hombre mayor, de una mujer mayor, o de quien quiera. El problema es que, muchas veces, no nos enamoramos del corazón, de la persona, sino del físico. ¿Y qué pasa cuando los años transcurren? Pues que el físico se pierde, y entonces la relación de pareja se tambalea.

De eso de que el físico me atrae

Sí, nos guiamos por la vista, y establecemos relaciones de pareja en base a “gustos físicos” que, después, cuando se asienta la pareja, te das cuenta que son erróneos. Y ahí es donde nos quedamos. Porque cuando se ve que la pareja cambia la reacción que se tiene es la de huir y acabar porque no es lo que esperaba, porque ya no atrae ese físico.

¿Y qué se hace entonces?

Sé que duele, mucho. Cuando una persona es rechazada por su físico se encuentra con una puñalada en su autoestima porque, ya sea que la culpa la tenga una o no, no tendría por qué ser así. Y esto es sencillo: teníais una relación y a la otra persona no se la juzgaba porque echara barriga o se estuviera volviendo viejo y calvo, ¿a que no? Pues en este caso, ¿por qué la gordura sí se usa como arma arrojadiza?

Nuestra recomendación desde Sexualidad XXL es pasar. No te rindas y no te vengas abajo porque la relación haya caído. Si no has estado gordita antes, y quieres, haz algo de ejercicio y vuelve a ser la persona que eras antes, aquella con una alta autoestima capaz de enamorar a todos. Y si ya estabas gordita y la relación no ha funcionado, ¿no crees que habrá ahí fuera otro esperando? Solo tienes que darle la oportunidad para que te conozca.