Tocar a una mujer, o mejor dicho, tocarla correctamente, es un verdadero arte que no todos llevan a cabo de manera innata. Descubrir las distintas zonas erógenas femeninas puede presentarse en ocasiones como un verdadero reto para quien desconozca la inmensidad de atributos femeninos existentes. Muchos suelen guiarse por lo básico: senos, cuello y vagina; pero lo cierto es que las zonas erógenas femeniles que puedes explorar para hacerlas delirar de orgasmos, son infinitas. Por esta razón es que decidimos traerte una guía práctica para que tengas bajo la manga y te conviertas en un maestro matriculado de como trasladar a las mujeres hacia una experiencia sorprendente a través de la estimulación de sus zonas erógenas.

La mente es la primera de estas zonas erógenas

Lo primero que debes tener en cuenta es que a las mujeres se les dificulta más llegar al orgasmo que a los hombres. Ellas prestan mayor atención al contexto de la situación y a cómo se sientan en el momento. Es decir, que podríamos establecer que el orgasmo femenino, aún cuando estimulas todos los puntos claves y zonas erógenas, depende en gran medida del factor psicológico. Así que el primer punto que debes “atacar” para hacerla llegar al clímax es penetrar su mente y hacer que se le dispare el deseo sexual por ti.

Repítele lo mucho que te gusta, hazla sentir cómoda y segura de sí misma, si está de acuerdo, dile cosas pasadas de tono al oído, hazla sentir única y especial. Te aseguro que de cumplir a cabalidad con estos lineamientos, habrás conseguido despertar sus más íntimos deseos y lo demás vendrá por añadidura. Sólo encárgate de ser un caballero y no hacerla dudar en ningún momento. Ya por allí tienes la mitad del trabajo hecho.

El cabello es otra de las zonas erógenas que puedes estimular

Acá no hacemos referencia única y exclusivamente a la cabellera, sino también al cuero cabelludo, que es donde están ubicados los registros sensoriales. Inicia aplicando un breve masaje en círculos sobre el cuero cabelludo, cuestión de irla relajando para lo que viene a continuación. Hazla sentir mimada, acaricia suave y cuidadosamente esta zona a través de un ritmo lento. Luego sujeta su cabello con un poco de fuerza, con cuidado de no lastimarla, para dejarle en claro que en ese momento tu tienes el dominio de la situación.

Atrévete a jugar con sus orejas

Al mismo tiempo que juegas y sujetas su cabello con una mano, con la otra puedes ir tocando ligeramente sus orejas. Luego podrías besar la zona de los lóbulos y pasar la lengua a ritmo variado. Si deseas o ella te lo pide, introduce ligeramente tu lengua sobre la cavidad del oído, pero hazlo de manera muy sutil y rápida. Esto probablemente le de un escalofrío en todo el cuerpo que incrementará sus niveles de excitación y activarás otras zonas erógenas.

Nuca, cuello y hombros: el trío ideal para activar su líbido

Siguiendo un camino descendente en el que habrás iniciado el contacto físico por el cabello y luego las orejas, es momento de pasar a estimular un trío erógeno que te ayudarán a llevarla hasta el orgasmo. Sitúate detrás de ella, retira el cabello de su nuca y respira cerca de su piel, besa ligeramente la zona, pasa la lengua suavemente y luego pasa lentamente hasta su cuello. A medida que vayas besando el cuello, encárgate de que tus manos vayan masajeando sus hombros, siempre con suavidad y delicadeza para no causarle molestias ni dolor. El ser cuidadoso es una de las tantas cosas que las mujeres toman en cuenta antes de ir a la cama con un hombre.

¿Sabías que los ojos también son considerados zonas erógenas?

No todos se atreven a jugar con esta zona, porque sencillamente no todos conocen que la región ocular es otra de las zonas erógenas de la mujer. Aplica ligeros masajes sobre los párpados y dales pequeños besitos, pero sin excederte de la dosis, recuerda que hay otras zonas que aún debes despertar. Para añadirle incertidumbre al asunto, puedes tapar sus ojos con una cinta o venda. Esto la pondrá a duda respecto a no saber que colocarás en sus manos o que estarás haciendo en otras partes de su cuerpo.

Besa la espalda y sus glúteos y disfruta de sus arcadas de placer

En tu travesía corporal por la silueta de la dama con la que estarás desarrollando el acto sexual, te recomendamos prestar especial atención a su columna vertebral. Miles de mujeres explotan de placer cuando les pasan la lengua por esa zona, les hacen leves masajes o les respiran agitadamente. La espalda posee miles de terminaciones nerviosas que lograrán activarse si estimulas esta zona de la manera correcta. Con unos ligeros toques de lengua y pequeños mordiscos en cada glúteo irás despertando su curiosidad sexual para lo que se avecina.

Los senos

Para ir aumentando de tono la situación, coloca tus labios sobre sus pezones o zonas aledañas a los senos, y a continuación comienza a palpar con pequeños besos en el área. Con tus dedos índice y pulgar sujétalos firmemente sin lastimar, masajéalos a ritmo variado y luego llévalos hasta tu boca. Mordisquea con sumo cuidado de que no le duela y succiona ligeramente. Ya en este punto debería estar suficientemente prendida como para intentar con algo de mayor alcance.

Abdomen, piernas y vientre bajo

Poco a poco te vas acercando hasta su vagina, que es donde vas a explorar a placer para hacerle tener un orgasmo paradísiaco. Mientras acaricias sus senos ve masajeando la cara interna de los muslos sin tocar la vagina todavía. Baja lentamente tu cara desde sus pechos hasta el abdomen y vientre bajo, cerca de donde se comienza a formar el monte venus, y pasa la lengua de manera delicada.

Y ahora si… ¡A explorar el sitio anhelado!

Finalmente has llegado al sitio al que partiste desde un principio: la vagina. Pero cuidado, no debes atacarla directamente ni lanzarte como un loco a introducir tus dedos o el pene. Primero juega con su clítoris, que es donde se reúnen más de ocho mil terminaciones nerviosas encargadas exclusivamente de brindarle placer sexual. Abre ligeramente sus labios vaginales y juega con los mismos durante un rato. Hazle sexo oral. Si, el mejor sexo oral de la vida. Pasa la lengua a ritmos intermitentes por el clítoris e introdúcela levemente en su abertura vaginal. No te cohíbas de ello. Succiona con suavidad pero sin perder firmeza, acaricia sus pezones con una mano y con la otra introduce dos dedos con la palma de la mano mirando hacia arriba. Muévelos como si estuvieses llamando a alguien hacia ti y presiona. Así estarás estimulando su punto G interna y externamente. Si lo haces de la manera correcta, no necesitarás penetrarla para hacerla llegar al éxtasis.

¿Ya estás preparado para llevar a cabo estas recomendaciones? Sigue las claves y despierta las distinas zonas erógenas femeninas y conviértete en un maestro del placer en la cama.