Una de las grandes interrogantes que sienten los hombres al momento de mantener relaciones sexuales con una mujer, es si lograrán hacerla delirar de placer. Y tomando en cuenta que el buen sexo es bastión fundamental en las relaciones de pareja, entendemos completamente la preocupación por “hacer bien el trabajo”. Si, es cierto que existen muchos absolutamente seguros de si mismos que están conscientes de su buen desempeño en la cama. Sin embargo, es innegable que la gran mayoría suele preocuparse por hacer llegar al orgasmo a la dama en cuestión.

Pero tranquilo, ya no tendrás que dar vueltas a tu cabeza con esta molesta duda, porque con lo que sigue a continuación te convertirás en un verdadero maestro en la cama. Sigue los consejos y recomendaciones plasmados en el siguiente artículo y descubre cómo hacer llegar al orgasmo a la mujer que te ceda la confianza de acostarte con ella.

La psicología y el contexto influye mucho en cuanto al orgasmo

El sexo es al menos 60% psicológico y 40% físico. Si bien la estimulación se realiza sobre una zona específica del cuerpo, en este caso el clítoris y el punto G femenino, el rol psicológico es igual de importante. Una mujer que se sienta plenamente segura y confiada de la situación, sin incomodidades ni presiones, es más propensa a alcanzar el orgasmo. Por ende, debes tratar de hacerla sentir a gusto desde el mismo momento en que ingrese a la habitación.

A diferencia de los hombres, el orgasmo de las mujeres es más emocional que físico. Si su cabeza y su cuerpo no van tomados de la mano, no lograrás hacerla llegar al éxtasis. Si ya lo has intentado todo y aún no logra explotar, quizá te hayas olvidado de estos dos aspectos fundamentales: la psicología y el contexto. Olvídense de todas las tareas que tengan pendientes, ese momento es íntimo de los dos. Haz todo lo que esté a tu alcance, es decir, utiliza velas, hazle masajes, dense una ducha caliente, repitele lo hermosa que se ve y lo mucho que la deseas. Este será el primer paso.

No corras, no es una competencia

No te apresures es desnudarla o intentar penetrarla apenas entren a la habitación. Además de lucir como un desesperado, es muy probable que la lastimes, puesto que su vagina no estará lubricada ni preparada para el acto sexual. Tampoco puedes pensar que de solo tocar sus pezones o clítoris vas a hacer que se excite. Empieza con lo básico, es decir, besos en la boca, cuello y pechos a medida que acaricias levemente sus brazos, mejillas y espalda.

A medida que los besos aumentan de intensidad puedes ir aumentado la velocidad de los toqueteos y es allí cuando el juego se pondrá caliente. Cuando sus zonas erógenas estén despertando, puedes recurrir a tocar su entrepierna, lamer sus pezones e introducir ligeramente los dedos en su vagina. Eso si, mantente siempre atento a sus respiraciones y exigencias. No querrás hacer algo que le incomode y arruinar por completo la situación. La parte baja de la espalda y la nuca son otras zonas de su cuerpo con las que podrás jugar para terminarla de prender.

Estimular su clítoris correctamente la conducirá directamente al orgasmo

Una vez hayas superado la fase del contexto ideal y los juegos previos al coito, puedes recurrir a la fase 3, que es cuando empezarás a recorrer su anatomía a profundidad. Cuando su respiración esté agitada, sus ojos un poco desorbitados y notes sus mejillas sonrosadas, es hora de acudir a estimular el clítoris. Empieza besando suavemente su entrepierna mientras vas tanteando con los dedos su vagina hasta encontrar el clítoris.

A continuación, puedes empezar a hacer ligeros movimientos circulares presionando levemente y aumentando la intensidad conforma avanzan los minutos. Luego, ubica tu lengua sobre la entrada de su vulva y comienza a lamer delicadamente. Puedes hacer movimientos circulares, arriba/abajo e incluso introduciéndola levemente en su orificio vaginal. Puedes intentar respirar sobre el clítoris mientras se utiliza la lengua para generar vibraciones estimulantes en dicha zona. Si no lo encuentras, que no te de pena pedirle ayuda para ubicarlo, recuerda que todo radica en la comunicación y la confianza que exista entre ambos.

Fase 4 para alcanzar el orgasmo: jugar con su punto G

Cuando estés estimulando su clítoris, notarás como el mismo empieza a aumentar de tamaño hasta hincharse por completo. Eso significa que ya estás preparado para introducir uno o dos dedos en su vagina para estimular su punto G, que es la zona interna del clítoris. Con la palma de la mano hacia arriba inserta tus dedos índice y medio y haz ligeros movimientos dentro de ella. Estos movimientos no pueden ser “a lo desesperado”, sino siguiendo una técnica especial.

Mueve los dedos como si estuvieses diciéndole a alguien que se acerque a ti, es decir, en vaivén. Si sientes que tocas una zona “corrugada”, entonces habrás llegado a su punto G. Efectúa estos movimientos de vaivén durante varios minutos y presiona sobre esta zona. El 75% de las mujeres, según un estudio científico, llega al orgasmo mediante este tipo de estimulación. Es decir, que ni siquiera necesitas penetrarla para hacerla ver el cielo de placer. ¡OJO! Antes de hacer esto, asegúrate de que su vagina esté lo suficientemente húmeda para no lastimarla. También procura tener las uñas cortas.

Último paso para llegar al clímax: la penetración

Aunque la gran mayoría de las mujeres alcanzan el orgasmo a través de la estimulación externa del clítoris a través de la masturbación y el sexo oral, existe otro porcentaje que requiere de la penetración para alcanzar el clímax. Existen varias posturas sexuales especiales para estimular a profundidad el punto G, así que no dudes en emplearlas si es necesario. Una de ellas es ella con sus piernas sobre tus hombres, o ella recostada boca abajo y tu encima dejando caer las embestidas una y otra vez.

Acá también deberás cerciorarte que su vagina está húmeda y preparada para recibir la penetración. De lo contrario, podrías lastimarla a ella y lastimarte tu. Y créeme, lesionarte el frenillo del pene será una verdadera calamidad que te llevará hasta la sala de urgencias. Y no olvides estar pendiente de cualquier detalle en sus gestos y peticiones. Cuando esté realmente preparada para ser penetrada, ella misma te lo hará saber.

¿Has llegado hasta aquí? ¡Felicitaciones! Ahora sabrás como hacer llegar al orgasmo a tu amada y no fallar en el intento. Eso si, recuerda que todas las mujeres son diferentes y cada una reacciona de manera distinta al orgasmo. Por ende, no te frustres ni dejes que ella se frustre de no conseguirlo al primer intento. Repitan cuantas veces consideren necesario y verás como el éxtasis aparece solo. Por allí nos vemos.