
Hoy en día, donde el índice de infidelidad es muy elevado, no ser infiel es algo casi extraño. Podríamos decir que la mayor prueba de amor no se trata ya de regalar flores y chocolates, si no de dormir todas las noches con la misma persona sin pensar en otra.
Algo común para casi todas las personas que han sido engañadas es que sus primeros pensamientos tras descubrir la infidelidad han sido negativo hacia sí mismos y se culpan de todos los errores.
Es probable que todos, inevitablemente, nos preguntemos si fuimos suficiente, si hay algo mal con nosotros.
Por tanto, las consecuencias de una infidelidad siempre se verán rodeadas de mucho dolor no solo por la desilusión que causa el engaño en la relación que creíamos tener sino también porque al quedarnos sin pareja nos queda la inqui...
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